viernes, abril 11, 2014

somos uno del otro



Podíamos pasarnos horas así, frente a frente, sin decir una palabra tan solo mirándonos, sintiendo que respirábamos uno a través del otro  que era mi sangre la que saciaba sus venas y la suya la que nutria las mías, que el corazón no latía en el pecho que lo albergaba si no en el que se hallaba a su lado.