lunes, septiembre 30, 2013

Sobre los pasos...

Las palabras se aferraron a su lengua, anudándola, volviéndola más pesada. Decidieron silenciarle, para evitar desgracias, para evitar partidas y lágrimas.
Pero, ¿qué hay de lo que tenía que decir? “Mételo en un sobre y guárdalo bajo tu cama” le dijeron alguna vez. Y obedeció, porque le habían enseñado a obedecer; obedeció por un tiempo, hasta que se dio cuenta de que su cama se separaba del suelo, pues bajo ella había miles de sobres, palabras y frases que pedían a gritos salir de allí. Se armó de valor, y con café en mano, se sentó junto a la cama y comenzó a abrir los sobres, a mencionar las palabras, que formaban frases, que sonaban como quejas, como risas, como llantos y sabían a fresa, a menta y a durazno…

Cada que decía lo que pensaba volvía a ella el aroma de la victoria, ese sabor dulce que le daba la libertad. Se sentía de cuerpo ligero y se disponía a bailar.

- Malaci

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