miércoles, julio 06, 2022

contigo aprendí

 Recuerdo haber llegado al mar y tu mano tibia sobre mi

espalda baja. Tus dedos verano tostando mi piel de invierno.

A lo lejos, las nubes del huracán anunciaban su llegada. Me

dijiste que hacía muchos años no venían huracanes a tu

tierra, que yo había traído el viento y la lluvia. Yo sólo

recuerdo los 40° grados con los que la península me recibía.

Tu tacto tibio hacia contraste con tu lengua siempre fría, tría

por la cerveza, por el vino, por el helado de frutos secos, por

mi condición de mujer montaña, mujer neblina, mujer del frío.

Decías que tenía los ojos tristes, contigo descubrí que

puedes querer mucho a alguien aunque te ponga triste, y

aunque a veces te caiga mal. Ojalá supiera irme a tiempo,

ojalá aprendiera a no volver y si lo hiciera, fuera sin dolor. Así

como ahora, que ya no siento nada. También pasaste, todo

pasa, aunque llore en el proceso.

-Crónicas, Mercedes Reyes Arteaga

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