Cómo te explico que estar por gratitud no era amar. Con el
transcurso de los días, entendí que el agradecimiento que
sentía no se iba a convertir en cariño y tú mereces que te
amen mucho, que se la jueguen por ti. Que te tengan
paciencia, que te tomen de la mano y te lleven a conocer
Paris en tu cama, mientras cierras los ojos y te dejas venir.
Que no había amor de este lado, que agradezco tus
cuidados, pero no es suficiente. Que como dice Tanya
Libertad "a la unión de nosotros le hace falta carne y deseo
también". No quiero ser la tirana, ni que seas mi premio de
consolación. Te mereces todo lo bueno, todo lo hermoso,
todo el amor. Y ahora me voy, porque no puedo darte lo que
mereces y estar medias, no es estar.
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