Me rehusaba a
verte, evitaba encontrarte, sin embargo aquí apareces como quien -quemo las naves y ahora pretende
juntar las cenizas- Me parecen tan lejanos esos días en que tu y
yo deseábamos ser menos que dos personas separadas por la indiferencia y la
distancia. Recuerdo aquellas noches en que el orgullo nos sobraba y lo
dejábamos afuera, cuando el café de las
mañanas se convertía en el olor de las noches de lluvia. Y me doy cuenta
que todo lo que sentía se fue secando,
lo fui barriendo, lo fui quemando, me lo fume en 23 tardes cerca del mar, con
la arena en mis pies y mi mente en la luna. Ya no extraño amarte como antes lo
hacia. Quizás por que alguien más llego a mi vida.
(La dama del amanecer)
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