A veces desearía convertirme en paisaje, así quizás algún artista me observaría
y se enamoraría de mí, de mi quietud. Tal vez pinte mas alla de lo que ven sus ojos, lo que su alma imagina, tal vez
se arriesgue a fusionar con la de él…luego caigo en cuenta de que sólo son
ensoñaciones mías y vuelvo a la realidad que me ha enseñado a vivir… (La dama del amanecer)
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