miércoles, julio 24, 2013

Dicen que morimos 2 veces



 Esa noche como tantas veladas de tedio se volvió a morder la lengua para que no se le saliera la verdad por las tantas goteras que tenia  el corazón, la lluvia no le dio tregua al sol para pensar, paso una semana irreal  sin poder concentrarse,  comiendo mal y durmiendo peor  se detenía a mitad de cualquier actividad  y se daba una palmadita en la frente, porque de pronto se acordaba de algo que olvido decirle, a cada instante le venían preguntas cotidianas  que solo el podía contestar. Alguna vez él, le había dicho  algo que ella no podía concebir, “Los amputados sienten dolores calambres y cosquillas  que ya no tienen”. Así se sentía ella sin el, sintiéndolo estar donde ya no estaba, tratando de encontrar señales cifradas que le indicaran el camino.

 Aquella tarde instigada por la rabia ciega, escribió una carta había puesto en ella toda la furia que era capaz, sus palabras mas crueles ,los oprobios mas hirientes e injustos que sin embargo le parecían  ínfimos frente al tamaño de la ofensa, fue el ultimo acto de amargo exorcismo de muchos días, trataba de lograr un pacto de conciliación con su nuevo estado quería ser ella misma no podía sortear un recóndito centímetro de rencor  contra el, el recuerdo de su imagen vistiéndose mientras ella se peinaba, el olor de su piel que había de persistir en la de ella.. Fue aquella madrugada de Noviembre que tuvo un acertado sueño casual que le había helado la sangre, que la despertó en sobresalto, giro sobre su cuerpo, lo busco a tientas y solo encontró ausencia , tomo conciencia de que él nunca más volvería a despertar a su lado  y fue en ese momento cuando el murió para ella.

-Dicen que morimos 2 veces: cuando dejamos de respirar y cuando alguien dice nuestro nombre por última vez- (La dama del amanecer)

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